Elena Novo es Terapeuta de Biodinámica Craneosacral tanto para adultos como para niños y bebé. Es especialista en Implante y Nacimiento a través de la Biodinámica y ha facilitado otras terapias como el Reiki o la Técnica Metamórfica que ayudan al bienestar y el desarrollo personal. Además, es facilitadora de consciencia corporal y meditación.
A través de SER DOULAS, Elena nos ofrece, entre otros, estos servicios:
- Consultas y Terapias de Biodinámica Craneosacral tanto en adultos como en bebés o niños.
- Talleres diversos sobre la Biodinámica Craneosacral aplicada a distintas etapas vitales y de evolución personal.
- Talleres y sesiones personales de relajación y consciencia corporal.
- Talleres y sesiones personales de meditación.
Mi comienzo con la B.C., fue una especie de "amor a primera vista".
Venía yo de formarme, o experimentar, con el reiki, masajes, consciencia corporal, meditación, sanación... cuando recibí mi primera sesión... seis meses más tarde, asistí a mi primer curso de B.C.
Desde entonces hasta ahora, que ya han transcurrido algo más de seis años, muchas veces he oido la misma interpretación que yo dí, sobre lo percibido o sentido durante los cuarenta y cinco minutos que suele durar: "que paz!!... que relajación!!... deberíamos de estar así siempre así".
Y así es.
No encuentro mejor manera de explicar qué puede ofreceros una sesión... es como volver a nuestra esencia como personas, seres humanos completos... es como volver a ser lo que realmente somos y que a veces, olvidamos.
El tacto es tan sutil y carente de "intención", que en ningún momento nos sentimos "dirigidos"... en B.C. se da lo que se tenga que dar... el cuerpo, forma una sencilla unión con mente y espíritu, así, podemos experimentar el gozo, el placer y la plenitud de que algo o todo se reorganiza... que nuestra vida cobra sentido... o simplemente, reconocemos que estamos un poco "aislados" de nuestro ser: algo que ya traíamos "aprendido" del vientre materno.
En B.C., el terapeuta, toma contacto con la energía del propio paciente... nada que canalizar, nada que esperar, nada que ordenar... sólo ESCUCHAR.
Sí, ESCUCHAR.
Si algo me convenció y me empujó a amar la B., es la "capacidad para escuchar sin emitir juicios, diagnósticos, ni consejos".
La práctica meditativa, es importante para el terapeuta, porque una sesión se convierte en una profunda meditación en conjunto.
Además, para mí es la "terapia de la libertad".
Veréis... cuando mis manos se posan en el cuerpo de alguien, no soy yo, Elena-terapeuta-de-B., la que "dirige"... soy, simplemente "un espejo".
Todo lo que en ese momento, el cuerpo del paciente (o cliente), quiera mostrar, aclarar, informar, lo recibo con humildad e inmensa gratitud.
Sé que os sonará algo extraño, pero la sensación percibida es algo así como: "Nada que hacer, sólo escuchar".
Una atenta escucha, es la más hermosa de las labores para ayudar a los demás.
Así, el cuerpo del paciente es el que transmite su propia sabiduría, la "salud esencial"´; de este modo, las sesiones pueden transcurrir desde un plano totalmente físico, a uno más energético o espiritual. O lo que es lo mismo: el cuerpo "busca", "muestra" y "resuelve".
Para mí, la B.C. es lo que siempre he querido hacer... lo que "ya estaba ahí", pero no lo percibía.
Una especie de "definición" muy personal, es mi "manifiesto de terapeuta":
Estoy aquí para escucharte.
Estoy a tu lado, para que caminemos juntos.
Estoy aquí, para ser tu igual.
Estoy a tu lado para ser tu espejo.
Todo esto, a través del amor y la carencia de juicios.
Siempre, a mi modo de ver, el amor ha de dirigir nuestros pasos, pero con la B. nos "descubrimos" como "seres de amor"... por éso, no es de extrañar que en algunas sesiones se rememoren etapas de nuestra existencia, como la vida intrauterina: no había nada que hacer, sólo ser amor... sólo ser...
Elena Novo López: madre y terapeuta de B.C.
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